sábado, 11 de diciembre de 2010

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Es verdad. Son muchas las fantasías que bailan en mi cabeza. Tengo tantos pájaros en el corazón, como mariposas en la barriga y cuervos en la cabeza. Tantas cosas que callar, como tantas que hablar. Todo es mentira. Un bolsillo vacío. Un pasillo a una habitación sin ventanas. Pensaste que mi amor era necesidad y lo vendiste por orgullo. Te compadeciste de ti mismo poniendo la mano en mi hombro. Camino al frente sin mirar atrás, el alcohol siempre acalló las penas. Y en el reloj de casa las agujas no marcan las horas, sólo minutos, sólo segundos. Comprender el vacío de la nada es más complicado que sentir el todo. Pero sinceramente, que las cosas se tergiversen a granel, carece de importancia ahora. De hecho, por fin, nada tiene importancia ahora.

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